SER UNO MISMO
Hay días en los que tendrás que decidir entre agradarle a la gente o agradarte a ti.
Muchas veces pasamos por la vida tratando de agradarle a los demás, ajustando nuestra personalidad, nuestros sueños y nuestra vida misma a lo que le gustaría ver a los demás en nosotros.
Resulta que la vida es el regalo más grande con el que pudimos ser premiados, nuestra vida es solo nuestra y con la única persona que debemos responsabilizarnos en hacerla feliz, en hacerla sentir plena, en agradarles es a nosotros mismos.
De qué nos sirve que el tiempo transcurra y volvamos la mirada atrás y nos demos cuenta de que la mayoría de las cosas que hemos hecho, la mayoría de las decisiones que hemos tomado y la mayoría de los caminos que hemos transitado, lo hemos hecho para agradarle a alguien más?
Realmente solo nos sirve para llenarnos de frustración por lo que dejamos de vivir, por lo que dejamos de hacer, por lo que no fuimos, no dijimos y no sentimos.
Es cierto que hay muchas personas que desean lo mejor para nosotros, que quieren vernos bien, pero muchas veces sencillamente lo que esas personas esperan de nosotros no coincide con lo que nosotros deseamos y es aquí donde debemos ser firmes y comprometidos con nosotros mismos y decidir hacer lo que nos llene a nosotros, lo que nos haga feliz o al menos nos acerque a donde queremos estar.
Siempre debemos tratar de ser nosotros mismos, cuando somos auténticos y nos respetamos atraemos a nuestra vida a personas que nos respetarán, que entenderán nuestras decisiones y nos apoyarán. Si nos acostumbramos a complacer a todos a dejar que piensen por nosotros, sencillamente estaremos complaciendo a alguien más para que su vida se acerque a lo que ellos quieren sin que esto represente un beneficio para nosotros.
Cada quien tiene su vida y la mayoría en su sano juicio tratará de jugar sus cartas de la forma más conveniente para sí mismo, esto es lo normal. Nos encontraremos con personas en nuestro camino que querrán que juguemos nuestras cartas para favorecerlos a ellos y probablemente sacrificaremos nuestra mano por la de alguien más, esta persona probablemente gane su juego gracias a que nos adaptamos a lo que ellos requeríamos. Esta situación puede ser válida en ciertas oportunidades, pero no puede convertirse en nuestra forma habitual de jugar.
Vive tu vida como protagonista, coloca tus sueños y proyectos como prioritarios, sé tú mismo e intenta mejorarte siempre que tengas oportunidad.
Si haces las cosas para agradarle a alguien, que ese alguien seas tú mismo.
Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto.
No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición.